– Comer despacio reduce el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad

De qué se alimentan los pequeños es tan importante como la forma de hacerlo. Investigaciones recientes concluyen que comer despacio y cuatro veces al día es más saludable que hacerlo pocas veces y con prisa.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es uno de los problemas crecientes más importantes del mundo desarrollado. Hay varios factores que explican su incremento. Entre ellos, se halla un cambio importante en el ritmo de vida, que obliga a veces a adoptar unos hábitos alimentarios poco saludables, como comer con prisa o alimentarse demasiado a menudo de comidas precocinadas.

Un estudio llevado a cabo por la Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics realizó un experimento que corrobora, en parte, estas hipótesis. Se pidió a dos grupos diferentes que tomaran una comida, pero a uno de ellos se les impuso una limitación temporal, mientras que el otro grupo disponía de todo el tiempo que quisiera para comer con tranquilidad. La cantidad de comida era la misma en los dos grupos. Sin embargo, los que habían comido con más lentitud afirmaban sentirse más saciados.

En el caso de los adolescentes, esto parece ser incluso más importante que a otras edades. Para los chicos jóvenes, hacer cuatro o cinco comidas al día y comer despacio, favorece que acumulen menos grasa corporal. La revista Journal of Adolescent Health, especializada en la etapa adolescente, reveló hace poco que comer con lentitud tiene efectos incluso aunque el adolescente no practique ejercicio físico. Así, comer menos de 4 veces al día y más rápido se asocia a una mayor cantidad de grasa corporal.

Otros estudios afirman que nuestro entorno tienen una relación directa en nuestros hábitos alimentarios, así, las personas que nos acompañan a la hora de comer influyen en nuestra manera de comer. Si las personas del entorno eligen un plato con menor contenido calórico, el individuo tiene tendencia a realizar una elección similar a la del resto. Ello podría deberse a que la elección de los alimentos refuerza los lazos que le mantienen vinculado al grupo social, motivados por su sentimiento de pertenencia al grupo. Estos factores influyen incluso cuando se realiza la comida solo.

Según los mismos expertos, es más fácil combatir la obesidad cuando aún se es niño que cuando ya se ha alcanzado la edad adulta. Además del aumento de peso propiamente, combatir la obesidad es una importante barrera para que se desarrollen otras afecciones tan o más graves, como la diabetes o los problemas cardiovasculares.

Referencias bibliográficas:

Shah, M. et al. Slower Eating Speed Lowers Energy Intake in Normal-Weight but not Overweight/Obese Subjects. Eat Right. 2013.

Comer lento y cuatro veces al día ayuda a mantenerse delgad. Salud, BBC Mundo. 2012.

Fuente: Fundación Faros

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– Cómo evitar las malas influencias en tu hijo

24/01/2014

Una de las mayores preocupaciones de los padres son las amistades que puedan tener sus hijos y cómo pueden influir en su conducta, pensamiento y desarrollo.

A menudo los niños se dejan influenciar fácilmente por sus amigos y esto puede provocar que actúen de una forma que en realidad no desean. ¿Cómo pueden los padres controlar “las malas influencias”?

Uno de los aspectos que más repercuten en que los niños sean fácilmente influenciables o no es la educación familiar. La familia es determinante para que los pequeños no se dejen llevar por compañeros hacia actitudes o conductas no deseadas. En este sentido, los padres deben hacer todo lo posible para educar a sus hijos de manera que no se dejen influenciar fácilmente por nadie.

En esta línea, es importante que los niños entiendan qué es una mala influencia porque así sabrán reconocerla y no se dejarán llevar tan fácilmente. Si los pequeños disponen de la atención necesaria en casa, si se organizan planes familiares a menudo y los padres pasan tiempo con sus hijos, es muy posible que estos no busquen atención y refugio en pandillas o amistades conflictivas.

De la misma manera, si los padres desarrollan una relación abierta y de confianza con los hijos, estos acudirán a ellos si tienen algún problema.

¿Qué podemos hacer para ayudar a alejar a nuestros hijos de las malas influencias?

  1. Motivar al niño para que dedique más tiempo a las amistades positivas y se relacione con gente variada. También animarlo a practicar actividades que fomenten valores positivos y donde conozca a nuevos amigos, como por ejemplo, el deporte.
  2. Fomentar la responsabilidad de nuestro hijo. Los niños y los jóvenes que son responsables no suelen dejarse influir tan fácilmente por otras personas, ya que no suelen buscar la aprobación de los demás y valoran mucho más las consecuencias de sus acciones.
  3. Conocer a sus amigos, e incluso qué lugares frecuenta a menudo sin controlar excesivamente donde se encuentra en cada momento.
  4. No criticar nunca las compañías de nuestro hijo, ya que éste puede ponerse a la defensiva y reaccionar de manera opuesta. Es mejor criticar acciones y comportamientos concretos que hayan tenido estos amigos, pero sin atacarles directamente.
  5. Fomentar y desarrollar en nuestro hijo una imagen positiva de sí mismo y promover su autonomía.

Precisamente, este último punto es fundamental para que nuestros hijos no se dejen llevar por compañías negativas y, por ello, hay que fomentar estas cualidades. Si un niño tiene una fuerte autoestima, independencia y confianza en sí mismo no buscará la aprobación de otros y, por lo tanto, no se dejará influir por malas compañías.

¿Cómo podemos detectar si nuestro hijo se está dejando llevar por malas influencias?

Hay diversos signos que pueden indicar que esto está sucediendo y que los padres deben tener en cuenta. Por ejemplo, debemos preocuparnos si observamos que nuestro hijo hace alguna cosa sin sentido sólo para que su grupo de amigos lo acepte o cuando desobedece órdenes por la misma razón.

Otras señales como robar, mostrar algún síntoma de consumir drogas o alcohol, o pedir de manera excesiva cosas materiales que tienen sus amigos, pueden ser señales de que su hijo se está dejando influir por sus compañeros.

Referencia bibliográfica:

Mala influencia. New Mexico Public Education Department, Center for the Education and Study of Diverse Populations, 2007.

Fuente: Fundación Faros

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– ¿Problemas a la hora de comer? 10 consejos para que tu hijo coma bien

13/01/2014
Fuente: FAROS Sant Joan de Déu

La alimentación es una de las primeras fuentes de satisfacción. Aceptar o rechazar el alimento, es también una manera de expresión del niño. El alimento en el lactante y en el niño es inseparable del afecto, del cuidado y de la dedicación e intimidad de la madre con el niño.

El ambiente en el que se desarrolla el niño tiene una gran influencia en sus preferencias por los alimentos. Los niños tienden a escoger los alimentos que eligen sus seres queridos y otros niños que les rodean o también alimentos que encuentran en su ambiente (en casa, en la escuela, los que ven por la tv, etc.).

Las dificultades en la alimentación pueden ser debidas a causas físicas, psicológicas y/o sociales. Pueden ser un problema aislado o acompañar a otros problemas del desarrollo del niño. Consulta al pediatra si tu hijo pierde el apetito o no gana peso.

Decálogo de consejos para que el niño coma bien

  1. No obligar a comer al niño y no forzarlo nunca. Si se le fuerza a comer, con toda probabilidad se creará un problema alimentario.
  2. La comida debería ser agradable, intenta que el niño disfrute comiendo, imitando a los adultos, probando nuevos alimentos… Para introducir alimentos nuevos, preséntaselos de forma repetida, pero sin hacer ninguna presión directa para que se los coma.
  3. Procurad comer juntos, padres e hijos siempre que sea posible, los niños se benefician de compartir mesa y conversación con los adultos. Se aconseja no encender la TV ni tener encendidos otros aparatos que puedan interferir las conversaciones en la mesa.
  4. Ofrece las comidas de forma programada evitando dar alimentos entre horas.
  5. Si el niño no quiere comer y decide retirar el plato, debe hacerse sin reprimendas después de que haya pasado un tiempo prudencial (de 20 a 40 minutos según la edad).
  6. La comida debería ser un momento tranquilo, sin peleas entre los padres o entre padres e hijos.
  7. Los gustos alimentarios de un niño no tienen porqué coincidir con los de los padres, los niños aceptan algunos alimentos y rechazan otros, y la mayoría de las veces terminan aceptándolos casi todos.
  8. Procura ser un buen ejemplo para tu hijo, tomando una alimentación sana y variada.
  9. También son necesarios ciertos límites: respetar los horarios, no cambiar mucho el lugar donde se come, cantidades adecuadas a su edad, etc .
  10. No se debe utilizar la comida como premio o como castigo.

Si un niño no come suficiente y pierde o no gana peso, conviene descartar posibles causas médicas consultándolo a su pediatra.

Es importante recordar:

  • Las dificultades en la alimentación pueden ser un problema aislado o acompañar a otros problemas del desarrollo del niño.
  • No obligues a comer al niño. Si se le fuerza, con toda probabilidad se creará un problema alimentario.
  • La comida debe ser una actividad agradable.
  • Intenta evitar situaciones conflictivas o de castigo durante las comidas.
  • Si el niño pierde o no gana peso, conviene descartar posibles causas médicas consultándolo a su pediatra.

– Oxiuriasis: ¿por qué algunos niños tienen lombrices intestinales?

lombrices
Fuente:  Children’s Hospitals and Clinics of Minnesota / Asociación Española de Pediatría

Son blancas, finas y miden unos 5 milímetros. Las lombrices, u oxiuros, se encuentran en el intestino grueso de muchos niños, especialmente en los de tres a seis años. La infección provoca un picor intenso, aunque no se considera grave.
El oxiuro, popularmente conocido como lombriz, es un parásito blanco y muy delgado, que reside exclusivamente en el cuerpo humano. En concreto, estas lombrices se alojan en el intestino grueso, y sólo son visibles de noche o a primera hora de la mañana, en el área del ano y las nalgas , sobre todo en los niños de edad preescolar.

Si descubres que tu hijo tiene lombrices, no debes preocuparte en exceso: la oxiuriasis es muy frecuente, no causa un gran daño a los niños y su tratamiento es sencillo , aunque hay que seguirlo a rajatabla. Ante todo, ten presente que padecer esta infección no tiene nada que ver con la suciedad o el abandono de la higiene personal.

¿Cómo un niño se llega a infectar de oxiuriasis?

La oxiuriasis se adquiere cuando se ingieren involuntariamente los huevos de las lombrices, de tamaño microscópico, que se encuentran en las manos de las personas (muy especialmente en las uñas) y en todos los objetos que estas hayan tocado.

Los huevos de oxiuro llegan hasta el intestino delgado, donde nacen las larvas. Estas se dirigen al intestino grueso, lugar en el que se convierten en parásitos adultos. Tras uno o dos meses del momento de la infección, los oxiuros hembra se reproducen y ponen sus huevos de noche en los márgenes del ano . Durante este proceso, las lombrices en fase reproductora se adhieren a la piel de la zona y producen irritación y picor intenso, por lo cual el niño siente la necesidad de rascarse. Con las manos contaminadas, el niño disemina de nuevo los huevos de oxiuro y contagia a otras personas.

¿Cuáles son los síntomas?

Los niños con oxiuriasis tienen picor y dolor en la región anal o en los genitales . Este síntoma se manifiesta más a la hora de acostarse y puede producir a los niños irritabilidad, sueño intranquilo, pesadillas e incluso sonambulismo. Ante este síntoma, revisa atentamente la zona perianal del niño dos o tres horas después de que se haya dormido . Separa las nalgas con la mano e ilumina el área del recto con una linterna.

Las pequeñas lombrices también son perceptibles en las heces. En ocasiones, suele ser necesario un análisis en microscopio de una muestra recogida con un trozo de celo transparente a primera hora de la mañana, antes del lavado.

No son atribuibles a los oxiuros otros problemas como dolor abdominal, falta de apetito, escasa ganancia de peso, cansancio, anemia, hiperactividad o bruxismo.

¿Qué tratamiento hay que seguir para acabar con las lombrices?

Existen varios medicamentos, por vía oral, que matan los oxiuros adultos tras una sola dosis. Sin embargo, ninguno de ellos destruye los huevos, que pueden volver a infectar al niño y a toda su familia . Por ello, es muy importante repetir una segunda toma del medicamento dos semanas después y tratar a todos los que vivan con el niño afectado.

Puedes aliviar el malestar del niño sentándolo en agua tibia, durante 20 o 30 minutos, tres o cuatro veces al día. Evita los baños de espuma: le pueden irritar la piel.

¿Cómo se puede prevenir la oxiuriasis y su propagación?

No es necesario cambiar la dieta ni las actividades de tu hijo o de tu familia si tomáis las medidas higiénicas recomendadas:

  • Todos los miembros del hogar deberán lavarse bien las manos e insistir frotando debajo de las uñas. Poned este consejo en práctica, sobre todo, antes de cada comida, después de ir al baño o tras un cambio de pañales. Es una buena idea disponer de un pequeño cepillo específico para limpiar las uñas.
  • Mantén cortas las uñas de tu hijo para evitar que se rasque y, consecuentemente, la formación de llagas.
  • Limpia los glúteos y el ano del niño con agua y jabón cada vez vaya al servicio.
  • Lava las sábanas, la ropa, el pijama y las toallas que haya usado el niño infectado el mismo día que tome el medicamento para tratar la oxiuriasis. Intenta no sacudir la ropa contaminada; de lo contrario, los huevos pueden pasar al aire y caer en otras superficies de la casa.
  • La mejor opción para dormir es un pijama cerrado. Así, el niño no se podrá rascar durante la noche y se minimiza el riesgo de pasar los huevos de oxiuro a manos y a sábanas.
  • Desinfecta los inodoros de tu hogar para evitar cualquier contagio.

Referencias bibliográficas

Los oxiuros / Pinworms. Children’s Hospitals and Clinics of Minnesota . Septiembre 2009 [acceso: 29 de enero de 2013]. Disponible en: http://www.childrensmn.org/Manuals…

Hernández, M.A. Las lombrices. ¿Cómo es posible que a mi hijo le hayan salido esos bichitos? AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria) . Enero de 2012 [acceso: 29 de enero de 2013]. Disponible en: http://familiaysalud.es/nos…

Paris, E. Oxiuriasis: el niño tiene lombrices. Bebés y más. Embarazo, infancia, mamás y papás . 29 de mayo de 2011 [acceso: 29 de enero de 2013]. Disponible en: http://www.bebesymas.com/salud…

Fuente: Fundación Faros

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– Pasos básicos a seguir ante un niño que ha sufrido una quemadura

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14/12/2011

Derramar la taza de café del desayuno de mamá, volcar esa cazuela con agua hirviendo para la pasta. Son accidentes que pueden suceder en el domicilio y causar quemaduras a los niños.

A menudo son pequeños accidentes que provocan quemaduras leves pero también pueden producirse accidentes con quemaduras graves. En todo caso, consulta el esquema que te ofrecemos para saber cómo actuar.

Si la quemadura es profunda, no duele (3r grado), es extensa o afecta a las manos, la cara, los orificios naturales (boca, nariz, ojo, etc.), el cuello, los pliegues del codo o de la rodilla, los genitales o la planta del pie, necesita valoración médica. Si tienes dudas, consulta en el 112 y sigue sus instrucciones.

Botiquín primeros auxiliosConsulta aquí qué debe contener el botiquín de primeros auxilios.

Fuente: Fundación Faros

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